El daño por condensación es un término colectivo que se refiere a los daños que sufre la carga en una unidad de transporte debidos a la humedad interna. Este daño se puede materializar en forma de corrosión, enmohecimiento, putrefacción, fermentación, descomposición de los embalajes/envases de cartón, fugas, manchas y reacciones químicas, como el calentamiento espontáneo, gaseamiento y autoignición. Es por tanto sumamente importante controlar el contenido de humedad de la carga que se va a arrumar y de las maderas de estiba que se puedan usar.
En cuanto a los mecanismos de condensación, las unidades de transporte cerradas, en particular los contenedores cerrados arrumados con una carga que contenga vapor de agua, rápidamente crearán un criptoclima interno con una humedad relativa característica del aire que rodea la carga. Una humedad relativa de menos del 100% evitará la condensación, de menos del 75% evitará el cultivo de moho y de menos del 40% evitará la corrosión. Las variaciones diarias de temperatura que afectan a las unidades de transporte son comunes en las rutas de transporte largas, transporte por mar, en las cuales dependerá en gran medida de la posición de estiba de la unidad de transporte en el buque.
La elevación de las temperaturas en una unidad de transporte en horas de la mañana hará que la unidad relativa establecida del aire descienda por debajo del equilibrio de sorción, en esta fase no hay riesgo de condensación. Sin embargo, en las últimas horas de la tarde la temperatura en la unidad de transporte comienza a descender, con una disminución pronunciada en las partes superiores, alcanzando el punto de rocío a una humedad relativa del 100% iniciándose de inmediato la condensación que forma grandes gotas colgantes de agua, las cuales caerán en la carga, pudiendo caer en las paredes del contenedor, mojando así la carga o maderas de estiba desde abajo. Un proceso similar de condensación que empaparía la carga podría darse si se descarga del buque un contenedor con una carga caliente e higroscópica, como café en bolsas.
Hay algunas medidas de protección que podrían ayudar a prevenir pérdidas, por ejemplo:
- Los daños por corrosión se deberían proteger contra la corrosión ya sea mediante el uso de un revestimiento adecuado o adoptando medidas que permitan mantener la humedad relativa del aire ambiente en la unidad de transporte de manera fiable por debajo del umbral de corrosión del 40%. El contenido de Humedad de las maderas de estiba, paletas y material de embalaje/envase secos se puede calcular en un 12% a un 15%, las isotermas de sorción de éstos materiales muestran que con este contenido de humedad la humedad relativa del aire se establecerá por si sola en aproximadamente 60% a un 75% una vez cerradas las puertas, es por eso tan importante el uso de desecadores (agentes de secado en bolsitas y otros métodos pasivos para capturar la humedad).
- Enmohecimiento, putrefacción y manchas: Las cargas de origen orgánico o de origen no orgánico se deberían arrumar en una unidad de transporte en condiciones “secas para el contenedor”. Si bien el umbral para el cultivo de moho se ha fijado en una humedad relativa del 75%, la condición que mantiene un equilibrio de sorción con una humedad relativa del aire en la unidad de transporte de un 60% aproximadamente. Esto proporciona un margen de seguridad contra las variaciones diarias de la temperatura y las variaciones conexas de humedad relativa.
- La desarrumazón de mercancías arrumadas en un clima frío que llegan a un clima caliente con una humedad absoluta más elevada se debería aplazar hasta que las mercancías se hayan calentado lo suficiente para evitar la exudación de la carga, esto puede llevar uno o más días a menos que las mercancías estén protegidas con una cantidad suficiente de desecadores.
Referencia: Anexo 3 del Código CTU.